"La tarde aparece gris
la lluvia pertinaz recuerdo.
Ráfagas de helado viento
azotaban nuestros rostros.
Me viste así ¡tan feliz!
Una sonrisa de cielo
se mostró en tu rostro bello.
¿Eres tú, feliz amigo,
o quizá infeliz espectro?
Soy yo, clamé más que dije
en aquella tarde gris.
Fue todo como un sueño.
Pude anegarme en el fuego
de tus inmensas miradas.
Pude contemplar tu recuerpo
cumpliendo así mis deseos.
Fueron minutos intensos...
Mi corazón se agitó.
Pertinaz aguacero
era el símbolo del duelo,
en que dejaba tu adios,
a mi pobre corazón...
La lluvia se mantenía.
Quise darte medio en serio
un abrazo lastimero.
Tú reias con mi intento
y mi corazón gemía
transportado por el viento. "
domingo, 16 de marzo de 2008
domingo, 2 de marzo de 2008
"Has llegado tarde, madre.
El ciclo de tu vida se apagó.
Fueron tantos los dolores...
Como una cepa bíblica
brotaron en ti los sarmientos;
de éstos, nacieron racimos...
El milagro de tu savia
los formó tan bellos...
Uno de ellos maduró a destiempo
se arrugó y se extinguió.
Otro racimo se desgajó de ti
y formó un nuevo vastago.
No has podido con tanta vicisitud.
Esperabas coronar tu vida
asistiendo gozosa, al nacimiento
de una nueva planta.
¡No puede ser!
La plaga asoló tu cuerpo
las ramas tormentosas de tu vida
se saturaron de podredumbre..
y eres, madre, la vid
que exprimió su vida
sin querer gustar sus frutos.
Desde algún lugar ignoto
verás la resurrección,
y con ella..."
El ciclo de tu vida se apagó.
Fueron tantos los dolores...
Como una cepa bíblica
brotaron en ti los sarmientos;
de éstos, nacieron racimos...
El milagro de tu savia
los formó tan bellos...
Uno de ellos maduró a destiempo
se arrugó y se extinguió.
Otro racimo se desgajó de ti
y formó un nuevo vastago.
No has podido con tanta vicisitud.
Esperabas coronar tu vida
asistiendo gozosa, al nacimiento
de una nueva planta.
¡No puede ser!
La plaga asoló tu cuerpo
las ramas tormentosas de tu vida
se saturaron de podredumbre..
y eres, madre, la vid
que exprimió su vida
sin querer gustar sus frutos.
Desde algún lugar ignoto
verás la resurrección,
y con ella..."
sábado, 1 de marzo de 2008
El pan nuestro... de Masías
"¿Reside usted en Masías?
¿La conoce usted por dentro?
Se expande desde su centro
en una vasta extensión
para expender el pan
a toda la población.
Si tiene algunas ventajas
también tiene inconvenientes,
tal como la zarandaja
de no tener pan crujiente,
cada mañana del día,
para remediar tal fallo,
nos lo sirve a domicilio
un tal Miguel de Moncada.
Cual si estuviera en exilio,
siempre con el mismo rito,
tocando del coche el pito,
y siempre con buen humor.
Una mujer asaz pícara
le dice con "intención":
"Té hui el pito acatarrat?"*
"Filla, como vols que tinga el pito
després de estar sense femella
vora de quatre anys i mig?"
Otra mujer frescachona
le espeta de sopetón
con toda la ingenuidad:
¿suena el pito de otro modo
o es que me parece a mí?
Miguel con amplia sonrisa
ni corto ni perezoso:
Ya quisiera yo cambiar
por pito de coche nuevo y flamante
al que tengo de diario
que pita como un cascajo:
tendría así buen carajo.
Así se reparte el pan
con guiños y cuchufletas.
En algún día se olvida
de tocar el pito dichoso
y antes de que nadie le diga
la causa de no tocarlo,
les dice jacarandoso:
"en otro tiempo pitaba
todas las notas del órgano
Ahora ya no pita nada
por no tener con quien usarlo..."
Si alguna persona pía
con cara de circunstancias
decía emocionada:
"Danos, Señor, nuestro pan
en este bendito día."
Le contesta muy afable
y sin tono doctrinal
"Yo no le regalo el pan
si no me da los quince duros".
Entre bromas y de veras
se va repartiendo el pan
crujiente y tibio del día
en nuestra feliz Masías. "
* ¿tiene el pito hoy acatarrado?
hija, ¿cómo quieres que tenga el pito
después de estar sin mujer
después de cuatro años y medio?
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