"Has llegado tarde, madre.
El ciclo de tu vida se apagó.
Fueron tantos los dolores...
Como una cepa bíblica
brotaron en ti los sarmientos;
de éstos, nacieron racimos...
El milagro de tu savia
los formó tan bellos...
Uno de ellos maduró a destiempo
se arrugó y se extinguió.
Otro racimo se desgajó de ti
y formó un nuevo vastago.
No has podido con tanta vicisitud.
Esperabas coronar tu vida
asistiendo gozosa, al nacimiento
de una nueva planta.
¡No puede ser!
La plaga asoló tu cuerpo
las ramas tormentosas de tu vida
se saturaron de podredumbre..
y eres, madre, la vid
que exprimió su vida
sin querer gustar sus frutos.
Desde algún lugar ignoto
verás la resurrección,
y con ella..."